miércoles, 8 de septiembre de 2010

Memorial de Clara

Llegó a la plaza donde esperaba Pablo y Ernesto, hasta ese momento
los días se habían sucedido unos a otros sobrecargados y lentos.
Bajó las escaleras hasta la puerta de madera negra y sus ojos brillaron húmedos de tiempo
y silencio. El memorial le mostraba la imagen repetida, agnóstica por convicción, dejó salir una oración sin párpados. Clara detenida en una fracción de la historia, llora su regreso.

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